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¿Coordinación o manipulación? Parte I

Análisis del Plan Estratégico del Sistema Aeroportuario de Galicia

La última reunión del mal llamado “Comité de Coordinación de Rutas” nos mostró la semana  pasada una de las más bochornosas muestras del patético circo en que se está convirtiendo la gestión del tráfico aéreo de Galicia. De la cita contamos con un documento que es resumen ejecutivo en seis páginas. Lo llaman “airía” con gran perspicacia, diferenciando en colores lo de “AIR”. Gran perspicacia, conselleiro Hernández.

Digo seis ya que la séptima es su portada, que no tiene desperdicio. Empezamos rematadamente mal. El “Plan Estratégico del Sistema Aeroportuario de Galicia” nos presenta un mapa esquemático en el que se incluye el aeropuerto de Oporto, que no sólo no está en Galicia: es que ni siquiera está en España. Hay que deducir que es una mera treta psicológica: agitamos desde la mismísima portada del documento la existencia del Sá Carneiro para hacer ver como válida una vez más la teoría del gran aeropuerto central. Un preanuncio que luego se va desvelando como cierto a lo largo del documento.

Hay que reconocer que el texto empieza bien. Hace una declaración de intenciones correcta y nos cuenta los factores que influyen en el tráfico aéreo de Galicia. Nada nuevo para alguien que conozca el mundo del transporte:

– [label type=”label” style=”default” title=”Factores intrínsecos”], asociados a la población y la actividad económica. Dicho en cristiano, la capacidad que tiene Galicia para generar tráfico.

– [label type=”label” style=”default” title=”Factores extrínsecos”] La gente que viene de fuera. Turismo y migración, dice. Al menos reconoce que la migración tiene un efecto residual, y que las rutas soportadas en su tráfico por gallegos emigrados y sus descendientes no son viables.

– [label type=”label” style=”default” title=”Factores inductores”] Nos cuentan un rollo bastante aparente, que al final viene a significar que es tráfico generado artificialmente a base de subvenciones a las rutas aéreas. A más subvención, más pasajeros (¿se lo habrá explicado Michael O´Leary?) y además nos dicen que están sometidos a criterios políticos y estratégicos.

A continuación nos proponen los factores inductores como una buena idea para incrementar el tráfico de los aeropuertos gallegos. Pero, eso sí, asociados a la variable Turismo. No sería mala idea si no fuese porque el turismo representa en torno a un 11% de la economía gallega. Es decir, vamos a planificar nuestro sistema aeroportuario ignorando al 89% de nuestra economía, al parecer.
Factores intrínsecos

Los factores intrínsecos, parece que han tocado techo, según nos dicen. Por ahí no se puede crecer. Es un tráfico decreciente y diseminado entre los tres aeropuertos (¿acaso es eso malo?). Cabría pensar si ese tráfico no va a crecer porque la Xunta no tiene previsión alguna de que la situación económica de Galicia mejore. Hay que decir además que es un punto de vista falso. A mediados de la década pasada, hasta 2.007, Alvedro y Peinador marcaban récord tras récord, ganando peso en el sistema aeroportuario gallego y evolucionando muy positivamente, con rutas escasas y tráfico nacional en un porcentaje abrumador. Solo la crisis económica y las sucesivas maniobras políticas en favor de Lavacolla truncaron esas tendencias. Con la economía en trance de recuperación y jugando sin “cartas marcadas”, los dos aeropuertos que aquí se denominan “periféricos” tienen capacidad sobrada en sus áreas de influencia para crecer de forma intensa.

Factores extrínsecos e inductores.

A estos, se les presta más atención, dado que son los que soportan la estrategia que se pretende justificar con el documento. Nos cuentan que es mejor conectarse con destinos emisores de turismo que con destinos receptores. Muy lógico. El emisor nos va a enviar turistas, mientras que el receptor va a recibir a nuestros turistas (o emigrantes desesperados por un empleo), con lo que estaríamos subvencionando la política turística de los destinos y no la nuestra. O la política laboral de lugares donde haga falta mano de obra barata, tal vez, pero eso es harina de otro costal. Debemos hacer notar que no se ha realizado un estudio de las rutas ya subvencionadas en años anteriores, para como mínimo disponer de información de si han funcionado de forma dominante en sentido de turismo saliente o turismo entrante. Es decir, puede que ya estemos cometiendo el error contra el que tratamos de prevenirnos y no lo sepamos.

Es decir, queremos vuelos que traigan turistas, muchos turistas. Y si las rutas solapan además con destinos de emigración, mucho mejor, nos cuentan, porque tiene función social. Vamos a poner en marcha factores inductores para que los extrínsecos funcionen. Ahora nos toca identificar destinos. Y llegamos a la conclusión de que el destino emisor más importante, que nos puede traer muchos turistas es ………. ROMA ¡!!!!!!! Se comete la gran torpeza de identificar como destino subvencionable que nos puede generar tráfico emisor a uno de los destinos turísticos más potentes del mundo, que es obviamente un receptor. Se emplea como argumento la cantidad de conexiones hacia Roma que se generan desde los tres aeropuertos gallegos hacia Roma. ¿Se ha estudiado si son italianos que vienen o españoles que van? ¿Es Santiago el lugar adecuado para el vuelo dada la industria textil coruñesa y la importante presencia de estudiantes italianos en la UDC? ¿Hemos pensado si en realidad vamos a dilapidar dinero público en abaratarles el viaje al Vaticano a miembros de la curia compostelana y turistas gallegos en general que quieran ver el Coliseo? ¿Sirve esto de algo?

Luego nos cuentan que también Bruselas, que es una ciudad que estaría bien conectarla con Vigo (¿¿¿¿¿¿¿???????).  ¿Nadie se ha dado cuenta de que ya hay vuelos programados de Santiago a Bruselas al editar el documento? ¿Nadie se ha dado cuenta de que en el documento de rutas de AENA en el que supuestamente se basa este se marcaba Bruselas como destino desde Lavacolla? ¿Se han dado cuenta de que los políticos que se reunieron para dar la bendición al documento de AENA son los mismos que se han reunido para dar la bendición a éste, cuando dicen cosas contrarias? ¿Se han dado cuenta de que están haciendo el ridículo, en definitiva?

Estados Unidos y México, las otras opciones. Mejor sin comentarios. Si algunas de las múltiples y gigantescas aerolíneas norteamericanas viese Galicia como un destino viable y rentable, abriría el vuelo sin que nadie le ofreciese ningún “factor inductor”, que parece que ahora se les llama así a las subvenciones.

Las previsiones de tráfico.

Después de realizar unos análisis de hondo calado, nos comentan en este “Plan” que Galicia tendrá dentro de diez años, previsiblemente, un tráfico aéreo global de 5.2 millones de pasajeros. Suponemos que esto viene de datos y estudios que se han realizado a lo largo de mucho tiempo, con métodos de estimación muy desarrollados. ¿Alguien nos puede explicar entonces para qué se han gastado más de 300 millones de euros en una terminal para Lavacolla si YA SE SABE que sobra edificio por todas las esquinas durante al menos una década más? Además, el objetivo tiene que ser batir a las estimaciones, y no se marca un horizonte de éxito en un conjunto de aeropuertos que ya ha superado históricamente los 4.5 millones.

También nos hablan de una pérdida de tráfico por la crisis de en torno a un millón de pasajeros en los últimos años. La mayoría a Madrid, y también queda bastante tocado el destino Barcelona. Si eso es así, es de creer que a la salida de la crisis esos destinos despegarán intensamente en sus datos, cuestión que no casa con los objetivos del documento, que parecen ser los de incentivar rutas internacionales desde Lavacolla. Se ha de tener además en cuenta que Madrid y Barcelona son los destinos más sensibles al aeropuerto de salida. Para recorridos cortos el pasajero tiende a salir desde el aeropuerto “de casa”, salvo que la diferencia de precio compense el desplazamiento. Aquí habría que entrar a analizar la presencia en rutas nacionales con billetes a bajo precio de compañías a las que se “incentiva” en internacionales. Se empieza a perder la noción de lo que se incentiva y lo que no, ¿verdad?

Resulta curioso que se trate de incentivar los factores extrínsecos y se desprecien los intrínsecos, cuando ellos mismos nos demuestran que los intrísecos son los que hacen girar drásticamente los datos de tráfico al alza o a la baja.

[notification type=”error”]MAÑANA PUBLICAMOS LA SEGUNDA Y ÚLTIMA PARTE [/notification]

 

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5 Comments

  1. Estáis haciendo un buen análisis de la situación. Os felicito por ello, lo que dudo del resultado debido a que ya tienen preparada la mascarada de eliminar poco a poco por inalición a Peinador y Alvedro.
    Mientras los coruñeses y los vigueses no se den cuenta, no unos pocos sino una mayoría, lo que significa para el turismo, comercio, industria, etc. tener un aeropuerto cercano poco conseguiremos. Aunque pienso como vosotros, de tanto repetirlo poco a poco la gente llegará a entenderlo.

  2. Acabo de leer lo de Roma como emisor de turismo y casi me caigo de la silla de la risa. Que consulten la wikipedia… y bueno lo de las conexiones EEUU y Mexico ya es para nota. En España, que alguien me corrija si me equivoco, solo están conectadas con EEUU Madrid y BCN y quieren que la 3º sea Santiago. Y no se les cae la cara de vergüenza del ridículo

  3. Es de lo mas ridículo. Para justificar unas vergonzosas actuaciones, encaminadas a potenciar Lavacolla, a costa de Peinador y Alvedro, hacen la parida del Comité de ……….y un estudio que pagamos todos los gallegos y que solamente le interesa a los quieren justificar su preefrencia por Lavacolla. Naturalmente que con un análisis concienciudo, sobrarán argumentos para ir desmontando paso a paso todas las conclusiones. Y simplemente por la razón de que es indefendible, a estas alturas, un centralismo inoperante y ridículo. Si se quiere aumentar, de verdad, el pasaje, potenciense los dos aeropuertos donde está la mayor población, déjese de sangrar el bolsillo de vigueses y coruñeses. Acerquen el servicio a los ciudadanos, no los ciudadanos al servicio.

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