Carta abierta a Inés Rey, bienvenida a Alvedro.

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Unas elecciones municipales son siempre un evento fundamental para una ciudad, ya que definen su trayectoria futura no sólo para cuatro años, sino para un horizonte más amplio. No sólo por lo que se hace en el nuevo mandato, sino también por “lo que no se hace” y resulta imprescindible.

ALVEDRO Vuela Más Alto es un colectivo que se interesa por el funcionamiento del aeropuerto de A Coruña y se preocupa por su futuro. Sabemos en cada momento a qué nivel está la cota de nubes, cual es la visibilidad para los pilotos, la previsión de viento cruzado, las huelgas de controladores, los retrasos y todas las incidencias que afectan a Alvedro. Predecimos si un vuelo se va a desviar antes de que el comandante lo decida, y hace seis meses pronosticamos que el dato interanual de mayo de 2019 superaría el récord histórico de nuestro aeropuerto. Somos en definitiva los guardianes de Alvedro, y te damos la bienvenida a la alcaldía, pero lo hacemos poniéndote deberes. Unos deberes inaplazables para una infraestructura que es un motor fundamental para la ciudad, generador de empleo y dinamizador de la actividad económica.

Alvedro va a cumplir 25 años sin casi cambios en su configuración básica. Tiene unas necesidades de desarrollo inaplazables que se deben abordar cuanto antes. A continuación lo explicamos.

– La ampliación de la pista en 400 metros hace pocos años es “falsa”. Físicamente ha pasado de 1.938 a 2.338 metros de longitud, pero realmente hay 2.038 disponibles. Con base en una norma ya derogada, a Alvedro se le impusieron dos franjas de seguridad en las cabeceras de 150 metros cada una, que descuentan 300 metros a la ampliación. Con ello, los aviones habituales en nuestro aeropuerto, los usuales para vuelos domésticos y europeos, no pueden despegar a plena carga según en qué condiciones. Hablamos de los Airbus 319/320/321 de Iberia o Vueling y de los Boeing 737-800 de Air Europa. Es decir, casi todo nuestro tráfico.

– Los 150 metros de franja de la cabecera 21, la más cercana a la ría, hacen que el punto en que el avión toca tierra está más al sur que antes y esto perjudica los aterrizajes. Esto hace que la senda de descenso se modifique, y se acerque al Monte Xalo. Por tanto, los pilotos han de anular la operación de aterrizaje con mayor frecuencia que antes, incrementando los desvíos. Estos dos primeros temas se pueden solucionar hablando con Enaire. Un par de llamadas será el coste. Si necesitas una explicación más amplia nos lo dices y te la hacemos llegar.
– Para conseguir una distancia de despegue suficiente para sacar los vuelos a plena carga (esto les proporciona rentabilidad a las compañías), necesitamos un poquito más de pista, tan sólo un poquito más. Esto ya se va a tener que discutir con AENA. Lo ideal sería prolongar ligeramente la cabecera norte, por encima de la N-550, hacia la ría. No hace falta mucho. Da un poco la lata desviar la carretera, pero hay que hacerlo también para adecuar la franja de seguridad a los lados de la pista, ensanchando la explanada en la zona de Almeiras.
– Llegamos al punto en que el avión ha aterrizado. Llega al final de la pista si está mojada, o a veces frena lo suficiente para entrar directamente a la plataforma de estacionamiento desde la pista. Hasta que está parado por completo, ningún otro avión se puede mover. Esto limita la capacidad de Alvedro a ocho operaciones por hora. Por ejemplo cuatro despegues y cuatro aterrizajes. Parece poco, y sin duda lo es, para las horas punta. Ahora mismo hay horarios que están condicionados por esta
situación. Se soluciona con una calle de rodadura paralela a la pista desde la cabecera sur hasta la plataforma de estacionamiento. Curioseando un poco en Google Maps, la mayor parte de los aeropuertos cuenta con ella, sean aeropuertos similares como Asturias -por citar uno- o incluso menores que Alvedro en volumen de tráfico. Nosotros no. Te dirán que requiere expropiar casas, y es cierto. Pero la franja de seguridad a lo ancho de la que hablamos antes ya las requiere y eso es inevitable. Tan sólo se trata de pavimentar.
– Llegamos a la terminal. El espacio para los aviones es escaso. Dos fingers para atender cuatro posiciones, y el resto a pie. El día que se acumulan seis aviones (y créenos que ocurre), los trabajadores de Alvedro tienen que jugar al Tetris con aparatos de decenas de toneladas para conseguir embarcar a los viajeros. Pasajeros que se hacinan en una terminal saturada que tiene uno de los peores ratios de metros cuadrados por pasajero de toda la red. Si quieres, te pasamos la tabla que lo demuestra para que se la puedas enviar a AENA. El esquema tradicional de captación de rutas, al que vas a tener que jugar te guste o no, consiste en llegar a “acuerdos” con aerolíneas para que abran o mantengan rutas y frecuencias. Les das un dinero para promoción de la ciudad, y ellos prestan un servicio al ciudadano, de modo que tú cumples tu compromiso con él. Es una relación Ayuntamiento-Compañía-Pasajero, triangular, en la que se excluye al aeropuerto, dando por hecho que éste será capaz de asumir el reto de atender ese vuelo. Esta última premisa es falsa, o lo será de forma inminente, en Alvedro por lo que hemos explicado. Necesitamos impulsar una actuación decidida sobre la configuración física del aeropuerto. Mañana puede aterrizar de incógnito en un vuelo un analista de rutas a Air France, por ejemplo. A lo mejor el vuelo se desvía a Santiago de Compostela, y ya ni se le ocurre abrirnos una ruta a París Charles de Gaulle, como le han encargado analizar. Pero si aterriza, al pensar en la viabilidad se dará cuenta de que si Alvedro provoca un retraso en su operativa por falta de capacidad, el avión volverá tarde a París, saldrá tarde al siguiente vuelo, los pasajeros en conexión que espera transportar perderán sus enlaces a Tokio, San Francisco o Singapur después de haber pagado miles de euros por su billete business…. Un desastre. Pero si llega en hora, tal vez se encuentre las dos pasarelas ocupadas por sendos aviones (el de la puerta 4 es siempre para el Londres, porque no es espacio Schengen). Ten en cuenta que Air France no va a adaptar sus horarios a las necesidades de Vueling. Son rivales, viene a llevarse los pasajeros que Vueling lleva a Heathrow para British Airways. Ni van a modificar el complejo esquema de conexiones de su hub de Charles de Gaulle para darnos cabida en su programación. Nos va a borrar de su lista. Si se baja sin finger y llueve, se va a mojar, cosa que no quiere para sus pasajeros. Y luego entrará en una terminal atiborrada, cruzándose con los pasajeros que esperan sus aviones. Recoger la maleta, con dos cintas, será una prueba de fuego, muy tediosa e incómoda. Luego el tema de los taxis o un autocar que no opera las horas que sí lo hacen los vuelos que llega al aeropuerto… demasiadas dificultades. Al actual Alvedro no vendrá, no le sirve para su política.

Tienes que cambiar el esquema triangular por otro. El triángulo correcto lo forman el pasajero y la aerolínea, de acuerdo, pero tienes que sacar al ayuntamiento y poner al aeropuerto. Eso no significa renunciar a los “acuerdos”, sino colocarse en posición de facilitador. Crear las condiciones para que el aeropuerto y la compañía, le presten el servicio al pasajero. Y que a su vez el aeropuerto le preste eficazmente a la compañía aquellos servicios que el pasajero no ve, pero son imprescindibles. Si facilitas esa relación entre las tres partes, Alvedro crecerá solo, porque tiene potencial para ello. Captará compañías y rutas a base de hacer bien las cosas.

Pero hace falta infraestructura para ello. Esto tiene que tener un guión, que hay que seguir paso a paso. Es un poco como el cubo de Rubik, hay que verlo en su conjunto y dar los pasos adecuados de forma ordenada. Los resumimos aquí, y quedamos a tu disposición para detallarlos.

1.- Nueva plataforma de aviación general, en el lado contrario de la pista, al Este. En ella se genera espacio para mover el hangar de Salvamento Marítimo, AFN, el helicóptero de Tráfico, los aviones privados que usan el aeropuerto y los que frecuentemente han de ser desplazados a uno cercano. En esa zona también se deben situar las nuevas instalaciones de los Bomberos del aeropuerto. No hay ningún problema en que este trabajo se solape en el tiempo con las franjas transversales de seguridad y el pequeño alargamiento de pista que hemos hablado, así como la rodadura sur.
2.- Esta es imprescindible, una nueva torre de control. La actual es la original del aeropuerto de 1963, y es un estorbo físico para la ampliación de la terminal. Pero hay que hacerla antes, porque no se puede operar vuelos sin torre.
3.- Gracias a la operación anterior (1+2), y sólo cuando la hayas terminado, dispondrás de más espacio para el estacionamiento de aviones frente a la terminal antigua, hoy convertida en zona administrativa. Ese espacio es clave para el crecimiento en primera instancia del tráfico, aunque en malas condiciones por la distancia a la terminal. Hay que demoler el bloque administrativo y construir la mitad de la nueva terminal. Esa mitad ya tiene que ser bastante mayor que la actual. Que no te den gato por liebre. Tienes que exigir que haya dos plantas diferenciadas que separen los flujos de pasajeros de salidas y de llegadas. Lo que se hace en cualquier aeropuerto. Eso mejora la operatividad de la terminal y le da capacidad para mover tráficos.
4.- Con la media terminal funcionando, temporalmente y de forma un tanto precaria, hay que demoler la actual y construir la otra mitad. Como muy poco debería tener seis posiciones de contacto con finger, y mejor ocho, en lugar de las dos actuales. Te dirán que es una exageración, pero compara con aeropuertos similares. No es capricho, es necesidad.

Cuando se haya completado toda esta operación, y no es fácil, barata ni rápida, pero sí necesaria, Alvedro será un aeropuerto capaz de atender la demanda, y lo más importante, generará demanda por sí mismo. Le dará facilidades a los aviones para aterrizar, será amable con los pasajeros, tendrá capacidad para asumir los vuelos que le envíen distintas compañías desde distintos orígenes y sobre todo servirá a las necesidades de nuestra capital y su entorno. El trabajo es largo. Requiere estudios, proyectos, presupuestos, licitaciones, obras, más informes, pruebas, test de seguridad, calibraciones….. un lío. Precisamente porque es largo, hay que empezar cuanto antes. Gastarte unos cientos de miles del presupuesto municipal en llegar a un acuerdo con esta o aquella compañía puede estar bien, incluso ser eficaz. Es fácil y proporciona réditos políticos, tienes ejemplos un poquito hacia el sur. Elige el camino difícil, vuela más alto y los guardianes de Alvedro te ayudaremos a transitarlo.